El triángulo de la excelencia

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Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes. Albert Einstein

Cuando tenemos los conocimientos, la experiencia, el sistema y método correcto y no logramos la consistencia… el obstáculo es claramente mental. Mientras que no asumamos este hecho y pensemos que nos faltan conocimientos, información, o algún que otro secreto… buscaremos en infinidad de métodos pero no alcanzaremos nuestro objetivo.  El libro de Bill Williams “Trading Chaos”, nos enseña que los problemas no requieren soluciones sino trascendencia. Cuando a un problema se le aplica una solución sin trascender, se entra en una dinámica errónea. No solucionamos realmente algo sin reflexionar a fondo. En el trading, pasa a menudo que si únicamente apagamos fuegos entramos rápidamente en un círculo vicioso que nos puede llevar a la quiebra de nuestra cuenta. Imagine un trader que logra cierto nivel de confianza en su sistema, comienza a operar de forma disciplinada. La disciplina le genera cada vez más beneficios. Al ver dichos beneficios, el trader cae en el exceso de confianza y empieza a perder disciplina. Comienza a actuar de forma negativa y cada vez de forma más emocional. Vuelven las pérdidas hasta que el trader se detiene, reflexiona y aprende de sus errores. Empieza a operar de nuevo de forma disciplinada y este le lleva, con el tiempo, otra vez hasta el exceso de confianza y comienza de nuevo el círculo vicioso. Se denomina “el efecto péndulo de las soluciones”.

Por otro lado, tenga en cuenta que un gran problema en el trading, por ejemplo destrozar una cuenta,  no deriva de una sola causa.  Es una circunstancia acompañada por varias  decisiones previas. Pasamos por alto que nuestro sistema de entrada necesitaba una a, b, c y entramos al mercado sin que se produzca c, encima estamos tan confiados en que saldrá bien que incrementamos los lotes con los que debíamos entrar. Como nuestro cuerpo no está acostumbrado a este tipo de riesgo comienza a improvisar variables que no teníamos estipuladas en nuestro trading plan, normalmente movemos el stop para que no se toque, si solo teníamos que realizar tres operaciones perdedoras al día hacemos 4 o 5…En definitiva, podemos frenar antes de seguir con la siguiente actuación. Nos estamos dejando llevar por la parte emocional, nos estamos saltamos la disciplina y sabemos que las consecuencias serán catastróficas además de minimizar nuestra confianza futura. La cantidad de cosas que podemos hacer sin que nadie lo sepa son infinitas, por tanto la disciplina y la responsabilidad de no caer en tentaciones de improvisaciones fruto de nuestros impulsos, será la gran batalla que nos tocara librar.

El cerebro humano está dividido en tres partes: la parte instintiva, la parte emocional y la parte pensante o racional. El orden de dichas partes muestra la cronología de nuestro cerebro, de tal forma que la parte más antigua es la instintiva, luego desarrollamos la emocional y, por último, la racional. Bill Williams, llama a éstas la parte central, el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. La parte izquierda del cerebro es idiota, pero trabaja para ayudar a la parte central a cumplir con su trabajo (funciones vitales que se cumplen subconscientemente). En la parte izquierda residen el ego y el miedo y está permanentemente preocupada y ocupada y, por ello, es una parte muy limitada. Sin embargo, en la parte derecha están la imaginación, la inspiración y la intuición. El potencial de esta parte es ilimitado. Williams dice que podemos determinar qué parte de nuestro cerebro es la que está mandando en un momento dado según nuestro estado de ánimo. Si nos encontramos tensos, preocupados, miedosos, bloqueados… es la parte izquierda la que está dominando. En el mercado, la parte izquierda nos empuja a actuar de forma emocional, ajustando demasiado los stops y realizando rápidamente las pérdidas; así mismo nos llevará a arriesgar demasiado o poco dinero. Por el contrario, si nos sentimos muy optimistas, confiados, eufóricos, alegres, e imaginamos nuestra futura gran fortuna, será la parte derecha la que nos está dominando. En el trading nos llevará a caer en el exceso de confianza, a no ser minuciosos, a acomodarnos y, en definitiva, a gestionar mal nuestras operaciones y nuestros riesgos. Cuando no nos sentimos preocupados por nada, será la parte central la que nos domina, pero en el trading corremos el riesgo de actuar de un modo temerario. Ahora bien, si operamos sin utilizar el hemisferio izquierdo perderemos el factor experiencia, si operamos sin la parte central perderemos el coraje y si operamos sin el lado derecho perderemos nuestro “genio”. Solamente cuando operamos utilizando de un modo armónico las tres partes del cerebro lograremos lo que Williams denomina “Profitunity”, en otras palabras alcanzaremos el nivel de excelencia en la nuestra materia.

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Buen trading amigo!

 

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