En la semana pasada faltaron indicadores importantes, pero al menos hubo dos reuniones de bancos centrales. No habrá emociones así esta semana. De hecho, no hay nada en absoluto que valga la pena consignar en la agenda hoy (lunes) e igualmente bien poco para el viernes.
En su ausencia, el punto álgido de la semana será el informe semi-anual de política monetaria de la presidenta de la Fed Yellen ante el Congreso (el senado el martes, la cámara de representantes el miércoles). Esta es su primera oportunidad de hablar en público desde la reunión del FOMC del 1 de febrero, y el mercado estará interesado en escuchar su visión de las cosas. Generalmente su declaración preparada sigue bastante de cerca a la declaración para la prensa tras la reunión del FOMC, pero luego comienzan las preguntas y las chispas comienzan a saltar. La última vez que habló (19 de enero) hizo bajar al dólar al decir que la Fed no va retrasada, pese a que más adelante en su discurso advirtió en contra de esperar demasiado para eliminar la acomodación monetaria. Mi expectativa sería que se muestre ligeramente más dura esta vez, tras la sólida cifra de nóminas de enero, y que esta vez el dólar suba.
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