Descansen, lean y disfruten

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 “El arbitraje tan sólo consiste en identificar al pardillo. Si no puede identificar al pardillo – bueno, entonces el pardillo es usted”  Ben Mezrich

Hoy quería recomendaros una lectura para estos días de fiesta, “Dominar el trading” de John Carter. Un libro, muy bien escrito, con un tono de humor permanente que hace que sus enseñanzas entren mejor, y del que siempre se pueden sacar muy buenas ideas para la práctica de esta profesión y la psicología del trader. A continuación os paso un pequeño fragmento para que se hagan una idea:

Muchos traders creen que una vez que se vuelvan más prudentes, su operativa mejorará. Se equivocan.

Cuando los traders deciden que no quieren perder más dinero, sin darse cuenta se convierten en los campeones del mundo del trading en la modalidad «entrada tardía». Esperan y esperan y se aseguran por partida doble de que una operación tiene buen aspecto antes de iniciarla. En este escenario, los mercados comienzan a subir y para cuando el trader está absolutamente convencido de que la subida es real, entra justo en o cerca del máximo del movimiento. Nada más hacer esto, él o ella y el resto de traders que hicieron esto dan a los mercados el combustible que necesitan para comenzar a moverse a la baja. ¿Por qué? Porque de repente el mercado tiene un montón de stops debajo del precio actual y, como el viento con un incendio forestal, estos stops azuzarán el fuego de la bajada. Esta entrada segura, precavida, rápidamente se convierte en una pérdida. La diferencia esta vez es que los traders prudentes están vez respetan religiosamente sus stops. El problema es que este comportamiento excesivamente cauto les ocasiona unos precios de entrada terribles y las probabilidades de que les salte el stop son extremadamente altas. Sí, las pérdidas pequeñas están bien, pero si prácticamente todas las operaciones resultan en una pequeña pérdida, la cuenta al final se irá desgastando.

La Fase II generalmente no dura demasiado. Los traders en esta fase generalmente no pierden mucho dinero, pero pierden el suficiente. Una vez que los traders se dan cuenta de que pueden respetar sus stops, pero que sus entradas se están resintiendo, alcanzan lo que los alcohólicos llaman un «momento de claridad». Si las entradas de los traders son malas, entonces es evidente que sus indicadores son malos. Así que se dedican a buscar otros mejores. Y así comienza la búsqueda del Santo Grial.

Fase III del trading: la búsqueda del santo grial – no se recomienda contener la respiración La búsqueda del indicador a prueba de fallos, que va a funcionar prácticamente cada vez, lleva al trader por un camino plagado de cadáveres, sueños rotos y chalados balbucientes.

Muchos traders permanecen en esta búsqueda el resto de sus vidas. Lo irónico es que los individuos en esta fase creen que se están desarrollando como traders, cuando en realidad su desarrollo como traders está completamente parado, tan parados como el futuro de Monica Lewinsky en la Casa Blanca.

Los traders en la Fase III están atrapados en las arenas movedizas, atrincherados en un juego que no pueden ganar y que puede durar años, décadas o incluso más.

El resultado final es un trader que pasa su tiempo repitiendo los mismos errores una y otra vez o descubriendo alegremente otros nuevos. El ciclo que se produce es uno en el que siempre se está buscando la última novedad. Es la búsqueda de ese indicador tan especial que le va a dar a los traders la madre de todas las recompensas.

En un escenario típico, esto supone lanzarse de cabeza en un par de programas o ideas de trading y ajustarlas sin fin hasta que revelen su poder mágico. Un escenario habitual es el de los traders que desarrollan un conjunto sencillo de reglas mecánicas, que se mantienen en secreto, por supuesto, que les ayudará a conseguir un beneficio considerable cada año prácticamente sin riesgo y utilizando tan sólo una pequeña cantidad de capital.

Se entusiasman especialmente cuando ven que estos métodos, cuando se aplican cuidadosamente a los datos históricos seleccionados, funcionan increíblemente bien. Las operaciones que no funcionan se podrían haber «filtrado» fácilmente.

Este tipo de trader normalmente se muere con un resumen de una página de lo bien que funciona el sistema y un tocho de 68 páginas que explica cuándo no se debe realizar la operación. Otros traders que se atascan en la Fase III van a seminarios y aprenden sobre las tendencias y la importancia de nunca luchar contra la tendencia. Descubren la magia de las medias móviles y de cómo se cruzan cuando la tendencia cambia. ¡Oh, qué poder! Cuando el mercado tiene tendencia, funcionan maravillosamente. Al final, no obstante, se desaniman cuando descubren que el 75% del tiempo los mercados se mueven lateralmente, mientras los profesionales hacen carne para hamburguesas con los buscadores del Santo Grial. Esto puede llevar a los traders al mundo de las opciones y comienzan a considerar los spreads para controlar el riesgo y a vender prima de riesgo para generar unos ingresos mensuales. Esto funciona estupendamente cuando los mercados están en un periodo lateral, pero cuando los mercados comienzan a tomar tendencia de nuevo, estas posiciones pueden verse – y a menudo lo son – machacadas.

La lista sigue y sigue. En varios momentos de este viaje, tras haber estudiado una serie de sistemas, estrategias e indicadores, un día los traders se sientan y crean lo que piensan es el gráfico perfecto con los indicadores perfectos. Entonces comienzan a usarlo. Les puede funcionar bien durante un par de días, o incluso un par de semanas, pero un día los traders se queman con lo que pensaban que era el patrón perfecto. Así que, en vez de utilizar un MACD (Moving Average Convergence Divergence – Convergencia/divergencia de medias móviles) con unos parámetros de 12, 26 y 9, leen en algún sitio que los parámetros 12, 17 y 10 son más rápidos. Van y reformatean todos sus gráficos con los nuevos parámetros y esperan con ansiedad al siguiente día de trading. Sus patrones funcionan durante un par de días o un par de semanas y entonces un par de patrones no salen bien. Y los traders vuelven al ciberespacio. Están decididos. Están centrados. Ignoran a sus familias, se pierden los partidos de sus hijas y pierden la noción del tiempo. Pero vale la pena, porque siete días después, a las 3:45 de la madrugada descubren lo que han estado buscando. En su estocástico, han estado utilizando los parámetros 14, 3, y 3, ¡cuando deberían haber estado utilizando 15, 3 y 1!

Los ponen en un gráfico y lo aplican a los datos históricos. ¡Funciona mucho mejor! Los traders una vez más reformatean todos sus gráficos y, una vez más, esperan con ansiedad el siguiente día de trading. Y cuando esto no funciona pasan de un gráfico de 15 minutos a uno de 13 minutos. Y cuando eso tampoco funciona, pasan de operar en el mini S&P al mini Nasdaq.

Y cuando eso no funciona, aprenden que el euro es el mercado en el que hay que estar. Y cuando eso no funciona, se vuelven unos fanáticos del oro, porque, ¿acaso no lo sabe? ¡Es el único dinero de verdad! Siempre, siempre, siempre lo siguiente es lo mejor. Este ciclo se repite eternamente hasta que el trader se cansa de esta montaña rusa y se baja en la siguiente parada. La mayoría nunca se dan cuenta de esto y siguen atascados en esta fase el resto de sus vidas en el trading. Los niños pasan de los pañales a las residencias universitarias y ellos apenas se dan cuenta porque todavía siguen perdidos, ajustando la siguiente solución mágica, no dándose cuenta nunca de que son los tipos con una estrategia a los que darían la bienvenida en cualquier casino.”

Por desgracia, os sentiréis más descritos de lo que os gustaría…

Buen trading amigos!

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