Las dos caras de la moneda. ¿Conoce realmente sus opciones?

cara cruz

Al igual que el dios Jano, de la mitología romana, el mercado tiene dos caras, los alcistas y bajistas, la oferta y la demanda, los ganadores y perdedores…

Jano, simboliza las continuas oportunidades que nos dan los comienzos y los finales. Siempre existe una oportunidad, mientras exista la sucesión continuada del tiempo, pero también simboliza la dualidad de todas las cosas, circunstancia, acontecimientos y personas. Todo tiene un principio y un final y en el proceso todo se ajusta a su equilibrado complemento: sombra y luz, bien y mal…

Hoy voy hablar de la percepción tan equivoca que podemos llegar a interpretar cuando tenemos que tomar una decisión. Al analizar el mercado, no solo necesitamos formación y conocimiento del valor o el chart, también es fundamental la lógica matemática y la psicología, puesto que a veces aportan la coherencia necesaria a las actuaciones que queremos tomar.

¿Por qué preferimos evitar las pérdidas en lugar de generar nuevas ganancias adicionales? ¿Por qué nos duele más una pérdida de 100€ que la satisfacción de ganar los mismos 100€? Si presta atención entenderá que no tiene ningún sentido y que nos enfrentamos a una de las muchas asimetrías de la toma de decisión que efectuamos diariamente en el trading. Cuando estamos ganando somos adversos al riesgo y preferimos asegurar las ganancias mientras que cuando estamos perdiendo pensamos que la cosa no puede ir peor, nos quedamos congelados sin actuar y nos dejamos llevar  por las circunstancia incrementamos el riesgo de nuestra operación por no saber tomar una decisión acertada.

Todos y cada uno de nosotros conocemos la célebre frase de “cortar las perdidas y dejar correr las ganancias” pero… ¿porque nos quedamos paralizados a la hora de coger el toro por los cuernos? Saber y no hacer es lo mismo que no saber.

Las matemáticas están presentes prácticamente en cualquier ámbito de nuestras vidas. Como decía Pitágoras: “todo es número”. Quizás el meollo de la cuestión esté en que los inversores suelen tomar decisiones en relación a un nivel de referencia erróneo o equivocado. Muchas veces la lógica y las matemáticas nos engañan sin que nos demos cuenta por no perder el tiempo suficiente en hacer los cálculos. La psicología del inversor tiende a pensar poco eche un vistazo a los siguientes ejemplos:

1)    Imagínese que tienes un CD con 10 canciones y quieres ordenarlas cada día de manera diferente para que nunca suene en el mismo orden. ¿Cuántos días tardarás en tener que repetir una secuencia concreta?

Seguramente pensara que muchos días, pero haga el cálculo.

Si tuvieras sólo dos canciones serían A-B o B-A (2 posibilidades). Si tuvieras 3 habría ABC, ACB, BAC, BCA, CAB, CBA (1x2x3 =6 combinaciones). Con 4 sería 1x2x3x4 =24 combinaciones. Con 10 resultados, tendrías 3.628.800 posibilidades, lo que equivaldría a casi 10.000 años sin repetir el mismo orden de canciones en el CD. Si no está educado matemáticamente, seguro que tu primera impresión fue muchísimo menos.

Otro ejemplo…

2)    ¿Qué grosor tendría una hoja de papel de 0,1 milímetros que hubiéramos conseguido doblar 100 veces?

La mayoría de los inversores subestimamos el poder del crecimiento exponencial, solemos  calcular el grosor del papel doblándolo unas cuantas veces y luego tomamos esa referencia y la multiplicamos por el factor que pensamos seria el adecuado. Pero esto no es real, la respuesta os dejara alucinados.

Con sólo 20 dobleces llegaríamos a tener cincuenta metros. Con 28 dobleces superaría los 8800 metros de altura del monte Everest. Con 38 dobleces los doce mil kilómetros que mide el diámetro de la Tierra y si siguiéramos doblando el papel, después de 43 dobleces el espesor superaría los 380 mil kilómetros que nos separan de la Luna. Con 52 dobleces, los ciento cincuenta millones de kilómetros que nos separan del Sol… no hace falta que siga no? ¿Se imaginaba esta respuesta?

Estos sorprendentes resultados se deben al rápido crecimiento de las progresiones geométricas (1, 2, 4, 8, 16, 32, etc.), que aumentan a una velocidad increíble y anti intuitiva. Quizás el ejemplo del papel no le resulte el adecuado porque llegado a un punto no podría seguir doblando el papel…pero pruebe a poner un grano de arroz en la primera  casilla de ajedrez, luego dos en la segunda casilla, luego cuatro en la tercera casilla, ocho en la cuarta y así hasta completar el tablero, se asombrara cuando observe que no tiene suficiente arroz por mucho que compre en el supermercado…aunque se aburrirá antes de descubrirlo.

Otro ejemplo muy claro es jugar en el casino al rojo/negro o a la apuesta par/impar y si fallas doblarte. Muchos de nosotros conocemos este sistema su nombre técnico es la Martingala. Sistema muy conocido en las técnicas de money management para la bolsa. Esta técnica, solo sirve para captar incautos que quieren hacerse ricos rápidamente…

Suponiendo que las ruletas no estén trucadas, no existieran las apuestas máximas y muchas más suposiciones de un mundo ideal inexistente…El dinero real de que dispone el jugador no es infinito. Sí empezamos con apuestas de 1 euro y nos vamos doblando, la apuesta tras perder 14 jugadas seguidas son más de 8.000 euros (para ganar sólo un euro), con 15 son 16.000… con 18 resultados en contra se supera la barrera de los 100.000 euros, y con 21 la del millón de euros. ¿Piensa que son resultados improbables?

Extrapolándolo a la bolsa podrá entender porque invertir más cuando un valor cae es un gran peligro y porque reinvertir las ganancias obtenidas, puede hacer que abstengamos resultados tan espectaculares.

Ponga matemáticas y coherencia en sus inversiones, puesto que la mayoría de las veces nada será como parece. Haga cálculos.

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