“Objetar que no tienes tiempo para perfeccionar tu mente o tu espíritu es como decir que no tienes tiempo para echar gasolina porque estás muy ocupado conduciendo.” El monje que vendió su Ferrari (Robin S. Sharma)
Nos toca vivir en un mundo con un ritmo vertiginoso. Hoy la vida es más compleja, más estresante, más exigente, fomentamos la independencia, él lo quiero ahora, el tener ahora y pagar después, el aprovechamiento de nuestro tiempo nos somete a hacer cuanto más cosas mejor porque nos aportan distintas experiencias así que programamos millones de planes y actividades, observamos a nuestro vecino, a nuestro compañero y la competencia es feroz así que queremos mejorar en todo complicándonos la existencia sin necesidad ¿Qué es lo que te hace feliz? ¿Qué es realmente importante? hacemos diversidad de cosa pero a nada le damos su tiempo de maduración…en definitiva corremos como pollos sin cabeza.
El derivado de todo este cóctel explosivo, es el estrés constante al que sometemos a nuestro cuerpo y mente. Mírese a usted mismo como a las capas de una cebolla, e intente no quedarse en las capas superficiales, en los quehaceres diarios, en la última llamada, en la infinidad de mail por contestar, en las desagradables noticias del telediario, en las respuestas inmediatas, en las actividades populares…intente perforar esa cebolla y bajar a las capas interiores donde no existe el ruido, donde recuperamos nuestra armonía. Donde lo más importante siempre será lo más importante. Para los que leemos este blog, el trading es algo que nos apasiona por tanto parte importante de nuestras vidas. Al ser un campo tan competitivo e intenso nos asegurara dosis extras de estrés…de alguna forma tendrá que suprimir muchas actividades diarias molestas y ruidosas, debe buscar el equilibrio entre enfrentar las necesidades del hoy y la necesidad de invertir en aquellas capacidades que le aseguraran el éxito mañana. Por otro lado, tendrá que distinguir entre las dosis normales de estrés con las que tendremos que lidiar en esta profesión y las dosis que nosotros incorporamos sin ninguna necesidad. En este artículo nos centraremos en este último aspecto.
Partimos de la base que si su objetivo es un nivel mínimo de estrés, no puede dedicarse al trading. El mismo acto de operar requiere enfrentarnos al riesgo y a la incertidumbre. Pero distingamos el estrés de la angustia, normalmente se usan como sinónimos cuando son totalmente distintos.
El estrés, es una reacción fisiológica del organismo en la que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o desafiante. Es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia ya que nos mantiene en alerta y preparados para gestionar la acción. En definitiva facilita nuestro rendimiento, es habitual entre todos nosotros porque cualquier persona que se plantee lo ha experimentado, puesto que el más mínimo cambio de su rutina habitual puede provocarlo.
La angustia o la ansiedad son estados de agitación e inquietud desagradable caracterizada por la anticipación del peligro, la sensación de catástrofe o de peligro inminente, es decir, la combinación entre síntomas mentales y físicos respuestas a un sobresalto, donde el individuo trata de buscar una solución a un peligro real o imaginario.
Haciendo trading cuando usted arriesga su capital se encuentra alerta procesando la información en tiempo real por si tiene que realizar alguna corrección por el camino. Si aún no ha aprendido que debemos poner el stop porque muchas de las operaciones que realicemos serán perdedoras, vivirá el trading con pura angustia y no avanzara en su aprendizaje. Si gestiona este apartado correctamente con límites de lotajes acordes a su capital y a su percepción del riesgo, con protecciones (stop) que limiten su riesgo, con planes de entrada y salida… aceptara el stress normal y se asegurara no convertirlo en angustia.
A menudo nuestras emociones son barómetro de nuestras expectativas en la medida que vamos cumpliendo o no con ellas. Hay muchos trader principiantes que tienen una realidad muy distinta a la necesaria para el trading, por ejemplo:
Un buen día es un día rentable, trabajar más duro en el trading supone operar más, tener éxito supone ganarse la vida con el trading… Está claro, que todo el mundo cuando realiza una actividad, espera ser recompensado por ella. Pero el trading y el dinero está muy mal relacionado, ¿acaso un potencial cirujano espera cobrar dinero antes de ejercer bien su profesión? Diferenciemos de una vez el trading de la necesidad de hacer dinero. Seamos responsables y asumamos cuanto antes que es una profesión como otra cualquier y que tiene un camino natural para ejercerse que requiere tiempo, esfuerzo, y disciplina. Plantéese cada día la siguiente pregunta: ¿Qué haría que mi día de trading fuese un éxito, incluso si no gano dinero? Como pista le diría que un buen entrenador de trading es aquel que corrige los problemas de trading pero un trader consistente desarrolla rutinas que evitan que los problemas lleguen a producirse.
Por otro lado, si es su sueño, siga perseverando…en el camino a la montaña, está bien que de vez en cuando nos paremos e incluso nos demos por vencido mientras que sigamos andando hacia delante.
Como siempre, buen trading amigo!